AÑO NUEVO CON INFAMIA Y TRAICIÓN

¡FELIZ AÑO NUEVO! O eso diríamos si estuviéramos en el siglo II A.C.

Un 15 de marzo de hace 2068 años se produjo el crimen político más famoso de todos los tiempos: el asesinato de Julio César en la Roma que aún era una República. Se cometió el día de la festividad de los Idus de Marzo -el día que ponía fin a los festejos del Año Nuevo, ya que en la Antigua Roma el año empezaba el 1 de marzo- y desde entonces esa expresión ha quedado en el habla popular (la que es más o menos erudita) como sinónimo de traición.

Con motivo de las guerras celtibéricas, en el año 153 a.C. los romanos se vieron obligados a adelantar el año a las Calendas de Ianuarius (ENERO) con el fin que las maniobras militares coincidieran con la primavera o la época estival.

Como decíamos el año comenzaba el 15 de marzo, era entonces cuando se nombraban los cargos anuales y se designaban los cónsules para hacer la guerra, por lo que cuando los ejércitos romanos querían llegar al interior de la Meseta de Hispania, habían transcurrido tres meses, alcanzando el final de la primavera o principios del verano. Esto dejaba a los generales romanos poco tiempo para llevar a cabo sus objetivos, ya que la guerra en la antigüedad se hacía en primavera y verano.

Tras la primera visita y severa derrota del primero de los generales que Roma envió a estas por entonces indómitas tierras, un 23 de Agosto, (los Numantinos por entonces ya decían eso de en Agosto frío al rostro), Quinto Fulvio Nobilior, que contaba con un numeroso ejército de 30 000 soldados, la coalición de arévacos y segedenses resistió con el caudillo Caro de Segeda como jefe, que se enfrentaron a las tropas romanas en inferioridad numérica, derrotándolas y ocasionando más de 6000 bajas entre los romanos, pero también la muerte del mismo Caro. En aquel entonces, Numancia contaba con una sólida muralla de protección y con un ejército de unos 20 000 soldados a pie y 5000 jinetes, cifra que fue descendiendo a medida que las guerras celtíberas avanzaban (8000 en el 143 a. C. y 4000 en el 137 a. C.), debido a que Roma fue controlando más territorios y, por tanto, existían menos posibilidades de reclutar defensores en las regiones contiguas.

Tras su derrota, Fulvio Nobilior empezó entonces el asedio a la ciudad, para lo que levantó un campamento. Al poco el rey númida Masinisa, aliado de Roma, le envió refuerzos, entre los que destacaban 10 elefantes, lo que hizo que Nobilior iniciara el ataque a la ciudad. Parecía que los elefantes iban a ser una fuerza determinante, ya que los numantinos no los habían visto antes y mostraban pánico, pero la caída de una enorme piedra hirió a uno de los elefantes, que enloqueció y cargó contra los atacantes romanos. El desorden que se generó fue tal que los celtíberos aprovecharon la ocasión para atacar a los sitiadores y matar a unos 4000 romanos.

Todo esto sumado a las bajas sufridas al verse obligado a pasar el frio invierno Soriano en el campamento de Renieblas, obligó al Senado a trasladar el inicio de su año oficial desde los Idus de Marzo a las Calendas de Enero (día 1), para así llegar con más y mejor tiempo para hacer la guerra en el altiplano Numantino. Una guerra que aún así se alargaría veinte años más… el resto, es historia, y Salduie a lo largo de sus discos nos la pueden enseñar muy bien.

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