23 DE AGOSTO, VULCANALIA: CARUS HUMILLÓ A ROMA Y VULCANO ARRASÓ POMPEYA

“Carus, líder de Belos, sangra hoy con ellos,
venga la ofensa a tu hogar.
Carus, lucha hoy por Sekaiza,
muéstrales el rumbo de la victoria por la libertad.”

Así comienza Salduie en su himno Carus de Sekaiza, donde la voz de aquel caudillo segedense resuena como símbolo eterno de dignidad frente a Roma. La canción convierte en música lo que fue historia: la ruptura de pactos, la declaración de guerra por los muros de Sekaiza y la emboscada contra las legiones. Incluso el propio cónsul romano aparece nombrado con rabia: “Quinto Fulvio Nobilior, ¿dónde estás? Pagarás tu opresión, por mi tierra esclavizar”.

En la letra, Carus se dirige a los suyos como líder y hermano: “Pueblo belo, mis hermanos, por Sekaiza alzad la voz, que el clamor de la batalla estremezca su valor”. La resistencia se canta como un grito colectivo donde “las falcatas brillarán” y “las legiones nunca nos doblegarán”. La canción refleja también la trascendencia histórica del momento: “Recordarán con tinta oscura en su historia este error colosal. No volverán en Vulcanalia a alzar sus tropas tras caer a mis pies”.

Esa es la fuerza de la música: mantener vivo el eco de una batalla que cambió el curso de la historia.


¡¡SIIIIIIIIIIIIII!!! ¡¡¡CHÚPATE ESA, NOBÍLIOR!!!
Guerrer@s, hoy 23 de agosto, los romanos celebraban la Vulcanalia!! Bueno, “celebraban”… Tal día como hoy se produjo la primera gran victoria sobre el Ejército romano.

Se habían roto los pactos entre Segeda y Roma y, aquellos, vinieron a pedir ayuda y asilo a Numancia. Fue así como los numantinos decidieron combatir al todopoderoso imperio bajo el mando del líder guerrero segedense Caros el Belicoso.

Roma, por su parte, envió por primera vez a un cónsul, el cargo político-militar de mayor rango. Llegó así a la península Fulvio Quinto Nobílior. Pero en lugar de aguardar a los refuerzos númidas con elefantes que llegarían por levante, confiado ante la ciudad de Segeda abandonada, se lanzó a la caza de los segedenses en presunta huída. Pero el “ejército” celtíbero ya estaba preparado.

La emboscada se produjo a medio camino entre ambas ciudades. De los 10.000 soldados que formaban las dos legiones romanas murieron al menos 6.000, más cuantiosas pérdidas entre las tropas aliadas y auxiliares. Nobílior salvó los muebles a duras penas por la carga en última instancia de la caballería romana, protegiendo la retirada.

En esta refriega murió Caros, de modo que, al caer su líder, las fuerzas celtíberas dejaron de luchar, retirándose así de nuevo a Numancia.

Por ello, desde entonces, ningún general romano volvió a combatir por su propia voluntad un 23 de agosto. Este día fue declarado nefasto para la República Romana.

Acababan de comenzar 20 años de RESISTENCIA NUMANTINA!!!


Pero claro… a Vulcano no le sentó muy bien la derrota de la Vulcanalia y tuvo una mala gestión de la ira. Tanto, que el 24 de agosto de 79 d.C., muchos siglos después, entró en erupción arrasando con la ciudad de Pompeya y alrededores.

En el siglo I a.C., Pompeya era solo una de las numerosas ciudades localizadas alrededor de la base del monte Vesubio. El área tenía una considerable población que se hizo próspera por la famosa fertilidad de la región. De las muchas localidades vecinas de Pompeya, la más conocida fue Herculano. También sufrieron daños o la destrucción durante la erupción del 79, que duró cerca de 19 horas, liberando en ese tiempo el volcán cerca de 4 km cúbicos de ceniza y roca sobre una extensa área del sur y sureste del cráter, con cerca de 3 m de piroclasto cayendo sobre Pompeya.

Y es que el que avisa no es traidor. La erupción del 79 fue precedida por un potente terremoto el 5 de febrero del 62 que causó la destrucción general alrededor de la bahía de Nápoles, y en particular de Pompeya. Algunos de los daños no habían sido aún reparados cuando el volcán entró en erupción.

Pero ojo, que cientos de años después, el 27 de agosto de 1883, muy cerca de esta efeméride, estalló el volcán Krakatoa, en sendas explosiones tan violentas que se oyeron a 5.000 km de distancia con un estruendo de hasta 180 dB, con una energía 10.000 veces más poderosa que la bomba atómica de Hiroshima. Una burrada!! Incluso en lugares tan distantes como Sudáfrica, los barcos se mecieron por los remanentes de los tsunamis. Tres años después, observadores de todo el mundo describían los tenues colores que podían verse durante el crepúsculo y el alba, ocasionados por la refracción de los rayos solares en las partículas en suspensión.

Así que ya sabéis: DON’T FUCK WITH VULCANO!!