Kinnia acaba de estrenar su nuevo single ‘La Danza del Cuervo Negro’, un lanzamiento cargado de simbolismo que marca un antes y un después en su trayectoria. Este tema supone la primera canción en castellano de la formación, un paso decisivo que amplía su propuesta musical y abre nuevas posibilidades expresivas dentro de su universo folk. El videoclip ha sido rodado en el imponente castillo de Belmonte, cuya atmósfera medieval y majestuosa se convierte en el escenario perfecto para dar vida a una historia de transformación, magia y celebración.
En el vídeo aparece una moneda, probablemente un escudo de oro español, utilizada en los siglos XVI y XVII, que se transforma en la runa Algiz (ᛉ). La transformación de la moneda en la runa no es casual, pues Kinnia parece invocar su poder ancestral a través de la música. En la tradición rúnica, Algiz simboliza la protección, la conexión espiritual y la fuerza vital, convirtiéndose en un eje místico que refuerza el mensaje de esperanza y renacimiento que transmite la canción.
El cuervo se convierte en el gran protagonista, símbolo de poder, transformación y renacimiento, abriendo un universo donde lo místico y lo humano se funden. Y, como ya ocurrió en otras obras de la banda, volvemos a ver a Jezabel danzando, otorgando un carácter hipnótico, ritual y profundamente evocador al videoclip.
La letra de ‘La Danza del Cuervo Negro’ es un canto a la esperanza y al renacer. Desde sus primeros versos invita a no rendirse cuando parece que todo va mal: “Cuando pienses que no hay más, que en la vida todo te ha salido mal… Date otra oportunidad”. También habla de la fuerza de la comunidad y la unión: “Hoy brindamos para celebrar que juntos nos podemos levantar”. El estribillo, cargado de vitalismo, incita a la celebración: “Y esta noche bailaremos hasta ver salir el sol, danzaremos con los cuervos coreando esta canción”. Y en su tono festivo, no falta un guiño al calor de la hoguera y al ron como refugio y alivio: “Y si no encuentras la solución, no temas, pues aún nos queda ron”.