Liberad al Kraken vuelve a dar un golpe en la mesa con Zapatillas de Trabajo, una versión combativa del clásico de El Canto del Loco que deja atrás la rebeldía inofensiva para convertirse en un grito de hartazgo colectivo. Aquí no hay fiesta, hay frustración. No hay ganas de escapar, sino de dinamitar el sistema.
Con un enfoque crudo y sin filtros, la banda reescribe cada estrofa desde las entrañas de la precariedad: madrugones interminables, sueldos de miseria, contratos tramposos, másters inútiles, desahucios y exilios forzados. “Estoy flipando de que la gente se agriete, quiebre y nunca reviente”, canta con rabia una voz que representa a miles. El cambio de letra es total, pero la esencia musical del tema original se mantiene, ahora reforzada con una base más potente y agresiva que le da cuerpo a cada verso como si fueran puñetazos en la mesa.
Uno de los momentos más duros llega al final, con una amarga ironía: “Ya tienes tu diploma… y a ver dónde coño currarás ahora. Hora de pillarte un vuelo y emigrar como en los tiempos de tu abuelo”. Una frase que resume la desesperanza, el desarraigo y la historia que se repite mientras quienes manejan los hilos siguen mirando para otro lado.
Zapatillas de Trabajo no es una simple parodia ni una crítica light: es una declaración de guerra. Un altavoz para una generación que, cansada de sobrevivir, empieza a perder el miedo. El Kraken ha salido otra vez… y no viene a pedir permiso.
