Hace nueve inviernos, en la fragua ardiente de la pasión por la música, nació Brutal Folk Metal. No como un simple medio, sino como un estandarte. Un grito en mitad de la tormenta, una antorcha alzada entre la niebla para guiar a quienes caminan con botas de cuero, armados de gaitas, espadas y guitarras.
Desde entonces, han pasado nueve años de batallas, crónicas, rituales y épicas gestas. Nueve años de honrar el metal que bebe de la tradición, que baila entre la pólvora y el folklore, entre el aliento del lobo y el murmullo del bosque. Nueve años apoyando a las bandas que no se rinden, que levantan sus copas y sus instrumentos en medio del olvido, del silencio o del desprecio de quienes no entienden que el folk metal es más que un género: es una forma de vida.
Han sido nueve años grabados en sangre y tinta. Nueve inviernos de resistencia, pasión y verdad tallada con letras afiladas, bajo la lluvia, el humo y la música.
Hemos recorrido caminos imposibles, hemos surcado mares con estandartes al viento, hemos contado historias que otros ni se atreven a mirar. Nos hemos empapado de sudor en conciertos, de magia en entrevistas, de fuego en cada palabra escrita. Y todo esto, lo hemos hecho junto a ti.
Porque Brutal Folk Metal no existiría sin su comunidad. Sin esa hermandad que late fuerte al compás del tambor, sin esa legión que lee, comparte, canta, celebra y resiste. Esta horda no es de cartón: es de hueso, sangre, madera y acero. Y cada lector, cada músico, cada testigo de nuestras palabras es parte de esta historia. De nuestra historia.
Hoy celebramos nueve años… pero lo hacemos con la mirada en el horizonte. Aún quedan muchos mitos por desenterrar, muchas batallas por narrar, muchas bandas por descubrir. Que tiemblen los dioses, que vibren los bosques, que suenen las gaitas: Brutal Folk Metal sigue en pie.
¡Por otros mil años más de música, resistencia y leyenda!
Gracias por caminar con nosotros.
