La noche del viernes, el bar Krawill de Pamplona se convirtió en el escenario de una de las primeras grandes presentaciones de Legacy of the Seas. La banda llegó con su disco debut, Leyendas De Una Eternidad, dispuesta a conquistar al público con su característico estilo que mezcla el metal sinfónico y el heavy metal. Desde el primer momento, demostraron que están listos para hacerse un nombre en la escena musical.
El concierto comenzó con un ambiente épico. Un intro narrado, pregrabado y lleno de dramatismo, dio paso a “Zarcanas el Visigodo”, un tema que inmediatamente capturó la atención del público. La voz de Laura, potente y expresiva, junto con los riffs de guitarra de Álex y el dinámico juego entre teclado y keytar de Julen, establecieron un inicio prometedor que dejó a todos expectantes.
Sin pausa, la banda avanzó con “Ragnarok”, una pieza que destacó por la fusión de la batería de JuanPe y el teclado de Julen. Laura mostró su versatilidad vocal, alternando entre registros operísticos y tonos más agresivos, mientras los whistles grabados añadían una atmósfera mística al tema. La interpretación dejó claro que Legacy of the Seas no es una banda más, sino un grupo con identidad propia.
El siguiente tema, “Spirit of Ulia”, llevó al público a un nuevo nivel de intensidad. Este tema, que da nombre a su videoclip más reconocido, es una declaración de principios del grupo: potencia sinfónica y fuerza heavy en perfecta armonía. La recepción del público fue entusiasta, con aplausos que resonaron por todo el bar.
La noche continuó con el primer cover de la velada, “Wish I Had An Angel” de Nightwish. Laura se apropió de la canción con una interpretación vocal impecable, ganándose la aprobación de los fans del metal sinfónico presentes. Fue un momento de conexión especial entre la banda y el público, que coreó el estribillo con pasión.
Llegó entonces “Los Mares del Ayer”, una pieza donde el bajo de Sergio y la batería de JuanPe marcaron un ritmo contundente, mientras Julen desplegaba una rica melodía en el teclado. El tema destacó por su estructura dinámica y su capacidad para mantener la energía de la audiencia en todo momento.
Un breve interludio instrumental permitió a Julen y JuanPe brillar con un juego improvisado entre el teclado y un solo de batería. La interacción arrancó aplausos y preparó el terreno para “Proscrito”, uno de los temas más destacados del disco. Con una combinación de riffs pesados, marcaje de platos y los impresionantes registros operísticos de Laura, la canción se convirtió en uno de los momentos álgidos de la noche.
Otro punto destacado fue “Nuestra Voz”, un tema originalmente cantado a dúo pero que Laura defendió en solitario con gran solvencia. La pieza incluyó un riff alternativo de teclado que aportó frescura y originalidad, mientras la batería de JuanPe añadía profundidad al conjunto.
La banda sorprendió con una versión única de “Toxicity” de System of a Down. Laura imprimió su sello operístico al tema, transformándolo en algo completamente nuevo y emocionante. El público respondió con entusiasmo, aplaudiendo y vitoreando la valentía de la banda para reinterpretar un clásico de forma tan personal.
Para “descansar” un poco, llegó “Forest of the Visigoths”, una balada que comenzó con una suave melodía de teclado y golpes ligeros de platos, antes de que la guitarra de Álex y el bajo de Sergio tomaran protagonismo. Fue un momento de calma antes de volver a la intensidad.
“El Regreso de los Dioses” devolvió la caña al escenario, con un sonido contundente de batería y bajo. En esta ocasión, Sergio se llevó el protagonismo con un impresionante solo de bajo que dejó al público boquiabierto. En un gesto de cercanía, pidió a todos que se agacharan mientras él tocaba sentado al borde del escenario, creando un momento único e inolvidable.
El cierre del concierto llegó con “La Noche de las Ánimas”, un tema largo y lleno de matices. La combinación de riffs de guitarra de Álex y las melodías de teclado de Julen mantuvieron al público cautivado hasta el último acorde. Tras presentar a los miembros de la banda, Laura agradeció al público por su entrega, pero los asistentes no estaban listos para dejarles marchar.
Al grito de “Beste bat, beste bat” (una más, una más), el público pidió un bis, y la banda accedió a interpretar de nuevo “Zarcanas el Visigodo”. Esta vez, el tema fue aún más intenso, con un moshpit en las primeras filas y momentos memorables como Álex bajando del escenario para tocar entre el público y Laura bailando con los asistentes.
Legacy of the Seas dejó una huella imborrable en el bar Krawill, demostrando que tienen todo lo necesario para triunfar en el mundo del folk metal. Una noche para recordar y un gran paso en el camino de esta prometedora banda.