SAUROM – MESTER DE JUGLARÍA CD4

Llegamos a la recta final de esta gran fiesta juglar con el cuarto disco del “Mester de Juglaría”, donde aún continúa la celebración con otras grandes bandas y un cierre inesperado.

Desde Granada marcha Azrael predicando las profecías de “Nostradamus” (Legado de Juglares, 2004) dando un giro completo a la canción. Con una versión más power metal, subiendo la velocidad a la melodía, sonidos orquestales en lugar de folkies, las guitarras tomando más protagonismo y el bajo marcando el ritmo, el característico sonido de la canción original toma mucha más fuerza y rapidez. Las voces en gallego medieval se convierten al español agregando gutural y suprime éstas voces de la original. La voz limpia de Marc Riera le da una mayor claridad a la letra creando en conjunto una versión magistral sobre el mayor vidente de la historia.

La segunda canción queda a cargo de los valencianos Opera Magna con un “Carnaval del Diablo” (Sueños, 2015) inesperado, además que fue el primer avance de este álbum cuádruple.  Apegándose por completo a la canción original pero manteniendo la esencia de la banda de power metal, apropiándose completamente de la melodía. Los sonidos orquestales le dan un toque más místico que en conjunto con la voz de José Broseta nos traslada a esta festividad colombiana.

Bajando desde el noroeste del país, de Vigo para ser exactos, Unliving Sin interpreta una versión en gallego “Cando Ninguén nos Ve” (Música, 2020). Iniciando con un sonido potente marcado por la batería, teclado eléctrico y unas guitarras eléctricas de fondo hacen un buen contraste con las voces dulces y limpias de las vocalistas que dan sentimiento a la canción. Haciendo una mezcla sinfónica y heavy de esta balada original. Cabe resaltar que con esta canción ganaron el segundo concurso de covers de Saurom.

Trasladándonos hasta el otro lado del charco, Perú, la cuarta canción corre a manos de Flor de Loto que le imprimieron unos bellos toques andinos con la clásica quena a “Mírame” (Vida, 2012). Su sonido es rockero y en algunas partes heavy, llegando a un ritmo acústico de quena y guitarra final. Respetando la canción original, arrasan con esta grandiosa versión que supieron disfrutar y adaptar completamente a su estilo.

Los madrileños Runa Llena no se quedan atrás, pues realizaron una fuerte versión de “El Lazarillo de Tormes” (Música, 2020) considerándose una de las canciones más ricas del álbum. Mezclando sonidos medievales, acústico, folk, heavy, power metal. Un enorme coctel de ritmos que hace se superen a sí mismos y sorprendiendo a todo oyente. La voz de Nacho Ruiz le dota de una narración desgarradora cual Lazarillo buscando su lugar en este mundo. Jugaron perfectamente con los altos y bajos de las notas, agregaron unos sonidos sutiles de orquestaciones y aprovecharon todo instrumento tuvieran en las manos. En un curioso y dinámico video incluyeron diversas referencias tanto de sus canciones y de los juglares.

Desde tierras aztecas recitando a todo pulmón “La Ley de las Hadas” (El Guardián de las Melodías Perdidas, 2001), Lemuria ocupa la sexta canción de este disco. Iniciando con unos toques aflamencados en la voz de Cheves Miranda, vocalista de la banda y seguir con el típico heavy que desprenden estos chicos recordando al Saurom Lamderth, la fuerza en las guitarras con el acompañamiento de la flauta y en la rapidez de ese violín de su invitado Miguel Epardo realzan más la melodía, terminando con coros y la guitarra acústica.


En el centro de España, en Ávila, marcando la mitad de este álbum con la séptima canción trazada cual “Picasso de Ciudad” (Legado de Juglares, 2004), Ars Amandi hace una espectacular versión power con toques folkies e iniciando con voz femenina para dar inicio a la gran voz de Dani Aller. El violín, las flautas y dulzaina acompañando el ritmo de las guitarras, el bajo y la batería acoplan magníficamente dotando de una riqueza musical la melodía.


Sylvania desde Valencia pisa fuerte con “La Musa y el Espíritu” (Juglarmetal, 2006), una versión completamente metal sinfónico y power mezclados con unos toques folkies. El vocalista Álfonso Árroniz intercalando con la voz de Jessie Williams que ha participado también en el Mester con “Irae Dei”. Los valencianos aprovecharon todo su potencial, pues hicieron completamente suya la canción, impregnando su magia en ella. Los ritmos rápidos de la batería y la flauta de Zarach (Lèpoka) haciéndole segunda crearon una buena complementación que da riqueza a la melodía junto al violín de Samuel.

Los miembros legendarios de Saurom: Paco y Juan Garrido con su MacAllister Project convocan a todos a reunirse en “El Círculo Juglar” (Sueños, 2015), que le agregan sonidos sinfónicos a la par de la flauta y sus voces armónicas y sutiles interpretando con algunas modificaciones pero apegándose al ritmo original este himno juglar. Aunque la voz suena un poco baja, no deja de ser alegre y desprender toda la energía para realizar el ritual característico de los juglares.

En la décima canción nos trasladamos hacia América donde esperan los bolivianos Ikael con “Reina de mis Sueños” (Música, 2020), la segunda parte de la historia de “La Hija de las Estrellas”. Incrustan sonidos más folkies en el inicio, cual magia desprendida de quien ya no podrá regresar al firmamento. Dan paso a un rock con ritmo andino. El dúo femenino se hace presente, dando otro estilo diferente al de los juglares, las dulces voces no juegan mal, pues realzan el sentimentalismo y hace buena combinación con las quenas e instrumentos folklóricos del fondo para finalizar con las notas de una guitarra acústica.

Representando a México y toda su cultura, la participación de Cemican fue la más inesperada en este disco, pero de las más potentes y enérgicas con “La Mujer Dormida” (Sueños, 2015), canción que narra la leyenda de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, donde toda la melodía fue una verdadera explosión de metal prehispánico, como ellos lo saben hacer. Flautas, ocarinas, tambores, cantos en náhuatl… Agregando este último como un plus que les jugó cual bendición de los dioses. Además contaron con la voz femenina de Arianna Dheva. Sin duda una versión magistral y sublime donde sobrepasaron todas las expectativas.

Regresando a España, los valencianos Sapere Aude se encuentran de “Fiesta” (El Guardián de las Melodías Perdidas, 2001). Suenan los violines que marcan el inicio del peculiar sonido de la canción original acompañado de las baterías, guitarras y unos toques sinfónicos de fondo, además el bajo se percibe más claro. La voz de Miki le contagia esa alegría y entusiasmo cual disfrute brindando por la libertad. Sin duda una buena versión realizada por los búhos juglares, que además añadieron una pequeña estrofa levantando la canción e invitando aún más a esta gran fiesta.

Con el número 13 siendo la última canción de bandas invitadas, desde Costa Rica Abäk transmite una “Duermedela” (Música, 2020) muy tribal, relajante y completamente folk, con algunos toques rockeros que intensifican el sonido al paso de la melodía, por momentos se imagina estar en una fogata escuchando los tambores, flautas y guitarras acústicas. Con dos voces femenina y masculina a diferencia de la versión de los juglares, ambas dulces, limpias y claras, transmitiendo paz y haciendo de esta interpretación algo mágico.

Por sorpresa, también los mismos juglares se incluyeron en este tributo con una nueva canción homónima al disco: “Mester de Juglaría”. Saurom al compás de la flauta y violín inician esta melodía que musicalmente recorre su trayectoria musical (coros épicos, guturales, folk metal, power, voz femenina) además de un pegadizo estribillo. Estrenaron junto con un maravilloso video donde se puede ver la representación de Zaluster por parte de Daniela, hija del portadista Dani López, pero no la Danielita que acostumbrábamos en el disco «Vida», 2012 , que ya no es esa la juglarcita sino que es toda una joven juglar capaz de interpretar papeles como una diosa, una adorada por Saurom, con esas caracterizaciones más «góticas» o por llevar el propio cosplay de lo que es protagonista la portada, que es quien convoca a los juglares por medio de un trisquel, símbolo de los druidas celtas que representa el equilibrio entre la mente, cuerpo y espíritu, pero también la sabiduría, evolución y crecimiento, cosas por las que Saurom ha pasado en estos 25 años como banda.

Sin duda este disco cuádruple nos habla de infinidad de cosas, nos hizo recordar grandes momentos, canciones que llegaron hasta lo más profundo de nuestro ser, una lluvia de sentimientos, etc. Los juglares crearon una OBRA MAESTRA de la que llegó a todos los rincones del planeta y demuestran que seguirán creando magia a través de sus canciones, que hay mucha más música por delante, conclusión Saurom se ha marcado un hito haciendo HISTORIA.