Entramos en la segunda mitad de este gran Círculo Juglar llamado “Mester de Juglaría”, en la que para nada la calidad de las canciones se ha visto diezmada, sino que se ha vuelto más potente a cada minuto que transcurre.
Iniciamos este tercer disco con la potente banda pamplonica Taken y su poderosa “Reina de la Oscuridad” (Once Romances desde Al-Andalus, 2008), que al igual como hicieron en el Tributo a Mago de Oz con “La Voz Dormida”, el power metal y los sonidos electrónicos están muy presentes proyectando una versión mucho más demoledora que la original. La melodía se encuentra acompañada de un gran videolyric con animaciones fotograficas. La voz aguda y cristalina de Arredondo le dan fuerza a la letra junto a los coros, los cuales representan una fuerte carga de sentimentalismo. Los ritmos rápidos de las guitarras junto a la batería y los teclados crean un ambiente místico, imaginando estar en Andalucía. El estribillo aumenta de velocidad en comparación al resto de la canción para dar paso a un sonido lento, casi acústico, jugando con todas las variantes que el power metal de Taken puede ofrecer, terminando con un sonido flamenco y una flauta que nos sorprende como guinda de un perfecto pastel musical. Sin duda una de las canciones más poderosas del Mester.
La segunda canción la encabeza Celtian con “La Hija de las Estrellas” (Música, 2020). Cabe destacar que Raquel Eugenio / Xana Lavey cantó junto a Miguel Franco la segunda parte de esta historia en “Reina de mis Sueños” del disco original y varias veces ha colaborado en directo con Saurom cantando “Se Acerca el Invierno” (Vida, 2012), en lugares como la Sala La Riviera de Madrid (la primera vez) o la Sala Apolo de Barcelona, que han sido testigos de esos mágicos momentos. La melodía de esta versión es similar a la de los juglares, pero con los toques mágicos característicos de los madrileños. Aunque no arriesgaron mucho al escoger la canción, hacen de esta una buena versión que demuestra que son los domadores del manto estelar.
Seguidamente, llega la segunda participación de Isra Ramos en esta fiesta juglaresca narrando “La Leyenda de Gambrinus”, una canción festiva convertida a una dulce balada con un piano dominante que sigue el típico ritmo de la canción original. No hay duda que la voz pacífica pero potente y melancólica del barcelonés le dio un buen giro a esta inesperada y dulce versión.
Siguiendo en Barcelona, Daeria nos trae una apasionante interpretación de “Amanecer” (Música, 2020), eliminando el folk del tema se lo llevan a su terreno potenciando las guitarras y los sonidos orquestales como protagonistas de corte. Con un power-heavy y coros sutiles pero muy presentes, consiguen reflejar la verdadera esencia y significado de este amanecer juglar. Se atreven a impregnar de oscuridad el ritmo de la canción, cubriéndolo de sombras y transformándolo en un halo de marcada crudeza al pasar el segundo estribillo, el cual aterriza marcado por unos golpes pausados de la batería y el paso de las leves notas guitarras, invitando de esta forma al bajo y luego los demás instrumentos. Las voces de Angel finalizan el tema sobre unos con más veloces y emocionantes.
Desde el sureste del territorio español, precisamente de Alicante, marcan el inicio del siguiente corte unas guitarras y un ritmo heavy muy característico en la escena del Folk Metal en castellano, el timbre característico de José Mancheño y sus Lándevir hacen aparición trayendo consigo una versión muy relajante y renovada de “Vida” (Vida, 2012), las flautas de fondo dan los toques celtas necesarios para recordar al tema original y hacen aumentar de velocidad el tema en su llegada al estribillo, donde las guitarras y la batería, como protagonistas en la melodía se hacen un hueco más que llamativo. El final aparece marcado por unas notas llenas de vida por parte del teclado, levantando el ánimo de quien la escucha y entendiendo perfectamente el significado de esta hermosa canción.
La sexta melodía del disco viene marcada por los gaditanos Sphinx con unas crudas notas en la guitarra eléctrica e introduciéndonos de manera magistral en la canción de “Paz” (Sueños, 2015), con una potente y detallada orquestación, Sphinx ofrece una perspectiva algo más heavy, haciendo que poco a poco esas orquestaciones queden relegadas a un segundo plano en donde estamos acostumbrados a escuchar flautas en la canción original. En la voz de Manuel Rodríguez se siente la subida de velocidad y de tono, haciendo completamente suya la letra. Las guitarras vuelven a tomar protagonismo antes de llegar al estribillo para provocar una tremenda explosión de instrumentos y llegar hasta lo más profundo de nuestro ser. Los épicos coros que preceden en las partes finales y las orquestaciones que los acompañan le dan una gran fuerza añadida a esta fantástica versión, que no es otra cosa más que una verdadera obra maestra.
Llega el turno de una de las canciones más oscuras de Saurom a manos de Rosalía Sairem y Thomas Vikstrom (Therion), una canción que habla sobre la violencia de género desde la mente del agresor y donde se dibujan varias referencias a la caída de Lucifer del Paraíso: “El Príncipe” (Vida, 2012). Iniciamos con la tétrica melodía de una caja musical acompañada del sonido profundo de la orquestación. El pizzicato de los violines con el piano junto a la voz de Thomas crea el ambiente perfecto para ese dramatismo próximo a aparecer, hasta que todos los instrumentos se levantan y las notas sinfónicas envuelven al vocalista y a la canción convirtiéndola en algo aún más oscuro que en su versión original, aparece en ella el metal sinfónico. A dúo con Rosalía, algo que los ha hecho considerarlos por muchos como los “Pimpinela del metal”, el piano sobrevuela con unas notas tristes y muestra una segunda parte del video muy original, donde el alma pura ya ha sucumbido ante el demonio y se resiste a volver a la luz. Therion ha hecho una versión sublime y característica de la banda como de ambos vocalistas.
Siguiendo por el camino de temas oscuros, desde Cádiz, cantando “Aquel Paseo sin Retorno” (Maryam, 2010), Guadaña inicia con un sonido completamente acústico cantando el estribillo para dar paso sin piedad a un heavy metal perfectamente orquestado, con una batería poderosa que se conjuga en conjunto con las guitarras, demostrando quienes son las verdaderas protagonistas de esta versión y quienes van marcando el ritmo. Las voces intercaladas entre hombre y mujer y el estribillo a más velocidad crean un ambiente doloroso, cual sufrimiento de una madre al saber que su hijo morirá, el sentimiento se nota al instante. Los gaditanos se lucieron en aumentar esa fuerza respecto a la canción original.
Los maestros del tiempo, los colombianos Krönos realizan una cañera “Latinoamérica Juglar” (Sueños, 2015) con unas notas muy heavys y emotivas. Los solos de guitarra y las voces raspadas al grito de “Soy Juglar” levantan arduamente la canción y conforman el espíritu de los juglares latinoamericanos, abanderando de forma magnánimo el sentimiento que Latinoamérica tiene por Saurom, sin duda un fiel reflejo de amor desde las tierras allende el atlántico por una leyenda viva del rock colombiano.
Desde Ciudad Real haciendo sonar su folk metal llegan Celtibeerian corriendo colina abajo para atrapar “El Queso Rodante” (Música, 2020). Hicieron completamente suya la canción, las flautas, violines y la guitarra acústica, las cuales dieron un toque muy campirano digno de esta alegre melodía. El metal no se hizo esperar pues enseguida se incorporó envolviendo a la voz femenina de Patri, con un timbre y un sonido especiales, dulce y potente a la vez acompaña las voces guturales de Gus, las cuales no podían faltar, aportando su particular agresividad y llevándonos al campo de batalla. Sin duda Celtibeerian mantienen su esencia durante toda la canción, jugando a caballo entre los sonidos heavy y un mantra acústico, gran variedad de subidas y bajadas en el ritmo durante todo el corte.
Panamá entra a esta mega fiesta juglar representada por Estado de Sitio + Nightwalkers, y como buena celebración no podía faltar la birra con “Fiesta de la Cerveza” (Música, 2020). El sonido ska nos revienta en la cara y se hace presente junto a su característico hardcore punk, las guitarras son las protagonistas junto a una incansable trompeta de fondo la cual sirve para acentuar la melodía. La voz del vocalista, fuerte pero amena, y los coros sirven como perfectos animadores para entrar a esta fiesta. Apegados fielmente a la canción original, cambiando solo una parte de la letra en el estribillo, la ejecución de esta versión se convierte en algo totalmente divertido y desenfadado.
Ahora navegamos por los 7 mares guiados por una “Estrella sin Luz” (Juglarmetal, 2006) y saquearán sin piedad todo lo que se les cruza en el camino. Nos encontramos en Madrid para acompañar a Ekyrian en un viaje totalmente impresionante, quienes hacen sonar un piano y una flauta marcando el inicio de una gran canción. Los sonidos metálicos ingresan junto al violín, aunque en toda la canción se mantiene en un ambiente melancólico haciendo honor al nombre del tema. La guitarra acústica intercala con el rock en algunos momentos y el bajo marca el ritmo, al igual que una gaita suena para finalizar esta función. Sin duda los piratas nunca defraudan al realizar sus canciones, pues cada nota que interpretan es mágica y además para tan especial ocasión, han añadido más estrofas de su puño y letra que han conquistado el corazón de más de un juglar.
La segunda banda mexicana en este Mester es Anabantha, con su rock gótico interpretan “Se Acerca el Invierno” (Vida, 2012). Fieles a la canción de los juglares con esa entrada tan épica de la flauta y el teclado similar a unas campanadas, el conjunto entra de manera orquestal y rockera a la canción resaltando la esencia de la serie en la que está basada la canción. La voz de su vocalista se mantiene en toda la canción impecable, y nos sorprende mucho que no existe un dúo como la versión original siendo la misma vocalista quien interpreta todos los papeles de manera totalmente magistral. El tema nos regala un sonido distinto al que estamos acostumbrados y en el estribillo se demuestra el poder de esta gran banda y la voz que encabeza la formación dando paso a un ritmo más folkie sin dejar de lado el Gothic metal. Anabantha reincorporan la epicidad sinfónica y cierran esta magnífica obra con el mismo sonido con el que inician. Los capitalinos han creado una gran versión entregándose al invierno y a esta aclamada serie “Juego de Tronos”.
Para cerrar esta tercera parte del “Mester de Juglaría” no podía faltar una canción completamente instrumental a manos de una virtuosa del violín, la ecuatoriana Martha Psyko interpretando “Dulces Sueños” (Sueños, 2015). Si bien fue un tema corto, se nota el sentimentalismo que puso al hacer sonar su instrumento. Personalmente nos hubiera gustado que mostrara más el potencial y energía que sabemos puede ofrecer como en sus demás interpretaciones, pero no dejamos de lado que nos encontramos ante una estupenda melodía llena de magia, tal y como es la original.