Tras la salida de su primer EP «La Senda del Cierzo» (2012), Salduie nos trae fantásticas melodías con su primer LP, «Imbolc», y sumergiéndonos en la época, cuentan las leyendas que antaño, en los años brumosos de los pueblos íberos y celtas, que una ardilla podía recorrer de punta a punta la península ibérica pasando de una copa de árbol a otra sin pisar el suelo.
Empecemos por el origen, «Imbolc» viene del irlandés, «Im bolç», significa «en el vientre» y es una de las festividades más importantes de la cultura celta. Celebración a la fertilidad y nueva vida que florece». Se le atribuye a la diosa Brigid o Brígida, Además se puede considerar el punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera.
El disco comienza con los sonidos fluidos, acústica, whistle… todo muy medieval, esta es «Íber”, canción ideal para meterte en el mundo ritualístico del que en los siguientes temas veremos con Salduie. Este nombre puede deberse al actual Ebro, aunque también pudiera ser otro río de la provincia de Huelva, donde textos muy antiguos citan un río Iberus y un pueblo al que llaman iberos.
El segundo tema, «Imbolc«, destaca el sonido protagonista que dan gaitas sobre el resto y esa voz rasposa para volver a finalizar con gaitas. Narra una antigua leyenda europea donde finalizar la hibernación de un oso en cuarenta días, despierta y al ver el sol vuelve a su madriguera, el invierno duraría más tiempo, pero si era un día lluvioso y salía, el invierno llegaba a su fin. Un gran tema.
El tercer corte,» A Brindar«, tema completamente festivo me recuerda a los orígenes de unos jóvenes Saurom Lamderth con esos temas taberneros. La letra invita a curar las heridas con alcohol después de la batalla y coger fuerzas para la siguiente. La música misma te transporta a aquella época. En este caso los vientos predominantes son de dulzaina (obra de David Serrano) bien articuladas con el teclado de fondo, del cual se encarga Guillermo. Es un tema que es pura fiesta, muy resultón para prender los conciertos.
«Pyrene», el cuarto tema, es uno de los más pegadizos que sigue esa característica melodía de los whistles (los manejan tanto David como el propio Nem), aunque de corte más serio, que va combinando con una base más dura y una guitarra más agresiva. Cabe destacar los fuertes pulmones para hacer sonar esos vientos de esa majestuosa manera y maravillosa combinación de voces limpias y guturales de Nem y Diego Bernia. Narra la leyenda de la creación de los Pirineos.
La quinta canción la lleva por “La Senda del Cierzo”, donde los teclados junto con las guitarras y la batería crean un sonido épico, que después se entrelaza con las gaitas añadiendo el folk hacen una melodía potente. A eso sumamos las voces limpias y guturales y unos coros próximos cuales monjes a todo pulmón. Aunque parezca que declama alguna historia magnífica, no hay nada de verdad en esta canción.
La extraordinaria instrumental «Cutios«, podríamos decir que los instrumentos se hablan unos a otros y está inspirada en la canción tradicional de Monaghan Jig. Esta melodía da comienzo a «Devotio» nombre que evoca aquel juramento del guerrero celtíbero a su jefe. Este tema es un ejemplo de cómo combinar los elementos musicales de siglos y siglos atrás con la fiereza del metal actual. Guitarras acústicas toman presencia y nos dejan momentos de protagonismo para todos, demostrando también Juan Campayo su gran técnica.
Llega «Caelia», que tiene una letra de muchos quilates, gustosa y currada y el acústico le va como marmita al druida, toda una exhibición. La caelia era la bebida por excelencia de los celtíberos, algo parecido a la cerveza, la cual seguramente se elaboraba con cebada o trigo. Para disfrutar mucho más este tema debemos meternos en escena, imaginad que estáis con vuestra gente, antes de la batalla que liberará a vuestro pueblo de la opresión del invasor… y dejáos llevar, os encontraréis con los sonidos de guitarra acústica que conducen el tema junto con instrumentos como los whistles y el bodhran, algo que algunos privilegiados pudieron disfrutar totalmente a capella en el festival Leyendas del Rock 2019 , cuando por las altas temperaturas, se fue la luz y el público empezó a cantar la canción a viva voz y Salduie acabó acompañándo totalmente en acústico.
Llega «Numancia», un tema de los más pedidos en los conciertos a lo largo de los años y que sigue triunfando allá por donde vaya Salduie, el cual hace referencia al ataque y resistencia de la conquista de las titánicas legiones romanas a esta ciudad, de la cual Apiano de Alejandría cuenta que Tan grande fue el amor a la libertad y el valor existentes en esta pequeña ciudad bárbara. Pues, a pesar de no haber en ella tiempos de paz más de ocho mil hombres, ¡cuántas y qué terribles derrotas infligieron a los romanos! ¡qué tratados concluyeron con ellos en igualdad de condiciones, tratados que hasta entonces ningún otro pueblo habían concedido los romanos.
Este single que presentaron con lo que llamaron el «Coro de Numancia», compuesto por Alvaro Roy (R.O.Y., Youniverse), Chusé Joven (Atland), Oiana Jimenez, Diego Bernia, Gabriel Alfranca, Maria Pilar Tenas (Gordobordón, Os Diaples d’a Llebra), Nekane Coru (Occitania, Exsadai), Nem Sebastián y Noemí Velasco, se convierte en un single de rápidas estrofas, con una batería de doble bombo remarcable por sus juegos rítmicos y salvajes de guitarra y un estribillo que es capaz de meterte en pleno sitio de la ciudad por meses y años. Además hacen tanto referencias romanas (Sonríe mientras puedas pues no eres inmortal – Memento Mori que recitaba el sirviente al emperador) y obvio celtíberas (resistiremos vivos o muertos hemos de quedar – muchos preferían suicidarse a ser capturados por el enemigo), entre otros puntos a descubrir. Una vez más, letras históricas que aparte de encantarnos y hacernos pasar un buen rato, nos sirven de cultura general, por algo decimos que Salduie hace folk con historia, donde cada canción es un libro por explorar y trasladarnos a aquella época.
Nos aproximamos al final del disco con «Caído en Combate», la balada evoca los sentimientos de un guerrero de la antigüedad, cuya gente ha sido masacrada y sus tierras asoladas. Él, entre sollozos y rabia, recuerda cada mañana la vida que le fue arrebatada para ser sustituída por grilletes y esclavitud. Toda una gran canción cuyo protagonismo lo coge David con el low whistle muy melancólico que junto a la voz de Nem, hace sentir muy en el fondo ese sufrimiento y desolación por su gente.
Y llegamos al último tema, «Hidromiel» es un tema muy marchoso que en los conciertos suele acabar generando moshpits, para el que contaron con la colaboración de Gabriel Alfranca (ex-miembro) al acordeón y de Lucas Toledo. Conclusión, melodía a la que puedes acompañar con una buena jarra de cerveza o mejor dicho, hidromiel (bebida proveniente de los nórdicos) en una taberna vikinga, golpeando en señal de celebración tu recipiente y levantando esas espadas en una guerra ganada brindando por la libertad.