
Llegamos a la sala Shoko de Madrid, unas impresionantes filas que daban la vuelta a la esquina para acceder al gran concierto de Celtian y Kinnia.
Tras unos minutos y posicionarme en el “foso”, surge una gran niebla en el escenario, señal de que la función iba a empezar. Kinnia comienza con “The Road” donde el público responde con palmas, ya ha hecho Pablo de las suyas para ganárselos, Kinnia juegan en casa.

En el siguiente tema, “The Tower” suena una introducción con el whistle y guitarra de Jose y Jorge acompañados de la euforia del público que aplaudía y gritaba “olé” cuando Pablo y Jezabel hacen un bailecito de complicidad.
Tras este tema, Pablo nos cuenta que en Kinnia realmente son siete integrantes en la banda, que, aunque sean seis en el escenario, el séptimo es el público, recibiendo la emoción de éste por medio de palmadas fervorosas.

Para el siguiente tema, Pablo pide al público que hagan un grito irlandés: hey! y este tema titulado “Grace O Malley”, que es una de las favoritas de la banda da comienzo con unos golpes de la percusión del nuevo integrante llamado Arthur Lawrence y el whistle de Jose. Esta canción no iba a ser menos aclamada, la maravillosa técnica de Jezabel al violín pone la melodía mágica para erizar la piel con esta canción.

El cuarto tema es el fantástico “Gambling With The Dwarves”, un tema para brindar y desmadrarse.
Nada más empezar la melodía, el público comienza acompañando a la banda con sus palmas y saltar, e incluso siquiera el interludio de la canción hizo que los asistentes se relajaran en su entusiasmo.

El quinto tema es una de las canciones más conocidas de Kinnia, es “Drink for the Fallen”, tema que da título a su último disco, y tal como han predicho, el público sigue disfrutando y coreando el estribillo: “lalailai lalailailai…” el cual es acompasado con graves aunque «no se oye», con el bajo de Alberto.

El próximo tema no es un tema propio de la banda, es un tema folklorico irlandés, pero como dice Pablo, ellos lo han combinado con una “jota zamorana”, se trata de “Step it out Mary” un tema que podría decirse es como el juego-canción infantil de “el corro de las patatas” en España, pero en Irlanda. En este tema el ritmo es marcado por el violín de Jezabel, quien con maestría salta mientras toca su instrumento y los aplausos siguen al compás de la música. Para este tema, José ha sacado ese infernal instrumento llamado gaita que endulza los oídos de los espectadores y les incita a bailar.
Está llegando el final, tal como anuncia Pablo, pero el público pide a todo pulmón: ¡OTRA! ¡OTRA!… y por supuesto, la consiguen, así que llega “John Ryans Polka”.
Y ahora sí que sí, llega la última canción, el clásico “Drunken Sailors” que tanto furor causa en la sala Shoko y más cuando José coge el bodhram. La canción agarra un ritmo cada vez más alto y con ello la emoción del público.
Y así finaliza este concierto de Kinnia en la sala Shoko, siendo todo un éxito.
