
Incursed, formado en Aranda de Duero (Burgos) en 2007, se asentó en Bilbao tras editar su primer disco, ‘’Morituri’’, en el año 2010. El grupo está compuesto por: Amo (batería), Jonkol (voz y teclado), Jones (voz y guitarra), Lander (voz y guitarra) y Haitz (bajo).
‘’Baskavígin’’ salió a la luz el 5 de febrero de este año a través de Helheim Records y, hoy, os dejamos nuestra reseña.
El disco nos abre una puerta del tiempo para viajar al año 1615, título de la introducción melódica e instrumental que inicia este recorrido musical. La tranquilidad de este tema es un tanto engañosa, pues el suceso acontecido en este año fue todo lo contrario.
En 1615, los islandeses, bajo el mandato de Cristián IV, tomaron sus derechos para atacar a los vascos, saquear sus pertenencias e, incluso, asesinarlos. La desesperación debida a la hambruna y pobreza permanente desde hacía varios inviernos hizo que vieran en los galeones balleneros vascos una gran amenaza. Al principio sólo eran rifirrafes, pero después, tras una tormenta que hizo naufragar a los barcos dejando a 83 hombres en tierra firme condenados a seis meses de supervivencia en un pueblo del fiordo donde reinaba la hambruna, todo tornó en una masacre fatídica, donde dos de los grandes protagonistas, el capitán Martín de Villafranca y el jefe Ari Magnússon, componen la escena final cuando el donostiarra acaba rindiéndose y siendo ejecutado de una forma bestial. Así fue como terminaron 32 barcos vascos, en la mayor masacre de la historia de Islandia. Además, por increíble que parezca, hasta el año 2015 no se anuló la ley que dejó el jefe en vigor.

Tras esta calma aparente, comienza la guerra. ‘’Baskavígin’’ llega, junto a un videoclip representando la historia, con una fuerza arrasadora gracias a las voces guturales y el ritmo potente y rápido que se consolida entre todos los instrumentos y con la reivindicación y el homenaje que le rinde Incursed a las víctimas del acontecimiento del que hemos hablado antes. Cabe destacar que ‘’Baskavígin’’ le da el nombre al disco y significa ‘’matanza de los vascos’’ en islandés. De la letra llama la atención el estribillo: ‘’For ju mala gissuna, heriotza da isuna; for ju mala gissuna, ordaindu zor duzuna.’’ Está en la lengua vasco-islandesa y significa: ‘’Eres un hombre malo, la muerte es una multa; eres un hombre malo, es lo que debes pagar’’.
La siguiente canción pasa a otro plano y nos ofrece un motivo recurrente en el mundo del folk: la pasión por la cerveza. Siendo francos, no transmite la energía fiestera que solemos apreciar cuando los músicos nos hablan de su afición por esta bebida, sino que acaba dando un poquito de miedo por culpa de esa agresividad al reclamar una cerveza robada. Así se llama este tema: ‘’Who stole my beer?’’, el cual también tiene un -perturbador- videoclip. Las comparativas hacia esta intranquilidad se dan desde una pérdida de unas llaves de casa hasta el concepto del amor.
La epicidad de ‘’The black hunter’’ reside tanto en la obra maestra musical como en su propio contenido, pues esta canción nos presenta a Mateo Txistu, un personaje muy importante en la mitología vasca. Mateo era un cura que tenía a su cargo una pequeña parroquia, cuyos habitantes le conocían por sus silbidos cuando llamaba a sus perros para ir a cazar. La caza era su pasión, su vicio. La vida en el pueblo transcurría tranquila hasta que, un día, apareció el diablo en busca de almas pecaminosas y se plantó en frente de Mateo. Mateo, muy espabilado, no cayó en la trampa del demonio y consiguió escabullirse entre las frondosidades del bosque con sus perros y su equipo de caza. El diablo, furioso por no haber engañado al cura, maquinó la forma perfecta para vengarse de la burla y dio con la solución. Un domingo, en medio de la misa, asomó su hocico por la puerta de la iglesia una preciosa y blanca liebre. Los perros, al verla, comenzaron a ladrar y Mateo, al escuchar tal estruendo, interrumpió la misa para ver qué ocurría y cuál fue su sorpresa al ver al animal invitándole a ser su presa. Sin pensárselo dos veces, cogió su escopeta y fue detrás de ella dejando tirados a sus feligreses. Después de eso, nadie más supo de Mateo Txistu, pero son muchos los que dicen que en alguna que otra noche de luna llena han oído ladridos, silbidos y han visto la silueta marcada del cura, de los perros y de la liebre.

Volviendo al tema de la veneración hacia la tierra vasca, Incursed nos presenta con su canción ‘’Colossal’’ a unos seres propios de su mitología: Jentilak. Estos personajes eran los encargados de construir dólmenes y cromlechs y lanzaban peñascos hasta lugares lejanos. Con esta breve descripción, entendemos mejor la musicalidad, pues los une la potencia y el fervor. Respecto a la letra, los norteños le dan forma a los jentilak desde los primeros versos (‘’Bend down to your knees, you will always stand below, you will not withstand the blast of the hyperboreans.’’) hasta los últimos (‘’The skies were made for us, high we rise and never fall’’), sabiendo que estas criaturas tuvieron su desenlace cuando vieron una luz singular en el cielo, la cual interpretaron como el fin de su raza, decidiendo así que se esconderían en una cima bajo tierra.

‘’Eusko Troll Label’’ es una versión de la etiqueta ‘’Eusko Label’’ (marca de productos vascos) que patrocina a la carne de troll como la mejor. Con este asunto tan carnívoro, Incursed nos aproxima al puro viking metal. Informándonos un poquito, lo más parecido a un troll en la mitología vasca era un basajaun o baxajaun (‘’yeti vasco’’).
El séptimo tema tira del power metal y está -como todos- muy bien trabajado en su complejidad. ‘’Into the curse’’ nos deja un mensaje muy claro: ‘’no pierdas el tiempo’’ (‘’Don’t curse the ones already accursed’’).
Hacemos esta reflexión tomando las palabras pronunciadas con esos giros vocales, en las cuales sacamos las conclusiones del motivo de un reloj de arena que cae sin cesar (tempus fugit) y de unas mareas que no paran (el tiempo no se detiene). Además, rescatan otro mensaje que va de la mano del mencionado anteriormente: ‘’sigue con tu vida, luchando contra todo para alcanzar la gloria y el éxito’’.
La fiesta de verdad empieza con ‘’Patxi Porroi’’, donde podemos acompañar ‘’lalaleando’’ a Patxi. Y, ¿quién es este hombre? Patxi era un hombre ermitaño de los bosques que se dedicó a la alquimia y a la elaboración de la cerveza, consumiendo él también todo lo que creaba. Si la alquimia pretendía descubrir ciertos elementos, ¿Patxi la ejerció para encontrar el elixir de la vida en la cerveza?
El trío de voces se luce en ‘’Paganauts’’, el noveno tema que nos traslada cinco siglos atrás cuando dieciocho hombres bajo el mando de Juan Sebastián Elcano lograron el mayor hito de la navegación: la primera vuelta al mundo del siglo XVI. Fueron tres años de sufrimiento en el mar, pero pudieron dar a conocer el tamaño real de la Tierra. El barco en el que emprendieron esta increíble aventura se llamaba Nao Victoria, como podemos oír en la canción. Sin embargo, lo que es importante es saber que este navío fue construido en Zarautz, más concretamente -según el acta notarial- en la ría de Urarte, por un maestro carpintero de Deba con las ideas y aportaciones materiales de hombres de diferentes lugares del País Vasco.

Y, por fin, las almas se prenden en fuego con ‘’Souls on fire’’. Es una canción pegadiza y alegre que se refuerza con esa aura propia del puro folk metal. Llegando al final del disco, Incursed, en este tema, va haciendo una descripción en primera persona (plural) de lo que podríamos llegar a considerar un autorretrato. Los norteños, sin lugar a duda, han demostrado a lo largo de todas las canciones que su trabajo ha sido meticuloso, de muy buena calidad y con un resultado magnífico. Si queremos ir un poco más allá, podemos coger todas estas descripciones para hacer un compendio de todas las divinidades y genios que conforman la mitología vasca, pues este álbum es una oda hacia su cultura e historia.
Para cerrar este disco que, a nuestro parecer, será un emblema en la trayectoria de Incursed en cuanto a su contenido, componen una canción de diez minutos titulada ‘’Saltus eta ager’’ dividida en dos partes. La primera se titula ‘’Saltus vasconum’’ y la segunda ‘’Ager vasconum’’. Esta elección tiene un sentido, pues estos dos términos son conceptos históricos para diferenciar el territorio de los vascones en dos partes: el saltus, que hace referencia a la zona montañosa donde prevalecía una vida ‘’primitiva’’ y una economía escasa y no productiva; y el ager que, por oposición al primero, supone la zona donde se practicaba la agricultura y la ganadería al ‘’modo civilizado’’. En cualquier caso, se concluye que la banda ha hecho un justo homenaje a su tierra poniéndole amor, efusividad, pasión y empeño (esto recuerda un poco a los poemas -porque sí, esta última canción es poesía- escritos por autores de siglos pasados reivindicando con ímpetu y nostalgia sus tierras y sus respectivos paisajes).
Antes de dar por finalizada la reseña, no podemos dejar atrás a los grandes colaboradores del disco: Javi Rubio ‘’Caleb’’ (Drakum, Trobar de Morte, Northland) a los violines en ‘’Baskavígin’’, ‘’Who stole my beer’’, ‘’Colossal’’, ‘’Eusko Troll Label’’, ‘’Into the curse’’, ‘’Patxi Porroi’’, ‘’Souls on fire’’ y ‘’Saltus eta Ager’’; Dagda (Celtibeerian, Moonshine Wagon) con el bouzouki, la gaita, el banjo, el tin y low whistle en ‘’Who stole my beer’’ y ‘’Eusko Troll Label’’; Zarach Llach (Lèpoka) con el tin whistle en ‘’Souls on fire’’; y Dann Hoyos (Rise to Fall, Space Octopus) con las guitarras acústicas en ‘’1615’’.
Habiendo hecho estas reflexiones y habiendo escuchado todas las canciones, se determina que ‘’Baskavígin’’ es un disco increíble, ejecutado con gran eficacia, gusto y calidad, y que en vivo y en directo será hasta más disfrutable si cabe. ¡ZORIONAK ETA ESKERRIK ASKO!
